“Somos los indígenas de la República!”1



por Movimiento de los Indígenas de la Republica

El siguiente texto fue firmado por cientos de personas y dio origen a la organización descolonial en Francia conocida como Los Indígenas de la Republica. Este texto circulo a fines del 2004 pero por su relevancia estamos circulandolo internacionalmente en varios idiomas.

Discriminados en el acceso al empleo, a la vivienda y a la sanidad, en la escuela y hasta en el ocio, las personas provenientes de las colonias, antiguas o actuales, y de la inmigración postcolonial son las primeras víctimas de la exclusión social y de la precarización.

Independientemente de sus orígenes, los habitantes de los “barrios” son “indigeneizados”, relegados a las márgenes de la sociedad. Las “banlieues”2 son llamadas “zonas de no derecho” que la República se debe de “reconquistar”. Controles de identidad basados en el delito de mala cara, provocaciones diversas, persecuciones de toda índole se multiplican mientras la brutalidad policial, a veces extrema, rara vez es sancionada por una justicia que funciona de manera dual.

Para redimir a la República, se acusa a nuestros padres de dimisión, cuando sabemos todos los sacrificios, los esfuerzos desplegados, los sufrimientos padecidos.

Los mecanismos coloniales de la gestión del Islam son reactualizados con la creación del Consejo francés del Culto Musulmán bajo los auspicios del ministerio del Interior. Discriminatoria, sexista y racista, la ley contra el velo es una ley de excepción con tufos coloniales.

Igualmente colonial es la marginación de los harkis e hijos de harkis3. Las poblaciones procedentes de las colonias y de la inmigración son también víctimas de discriminaciones políticas. Los pocos que acceden a puestos electos son mantenidos en el papel de “beur” o “black”4 de servicio. Se les niega el derecho a voto a aquellos que no son “franceses”, y al mismo tiempo se pone en duda el “arraigo” de aquellos que lo son. Se pone en entredicho el jus solis.

Sin derecho ni protección, amenazadas permanentemente de arresto y expulsión, decenas de miles de personas son privadas de papeles. Se niega la libertad de circulación; un número creciente de Magrebíes y Africanos se ven obligados a cruzar las fronteras ilegalmente arriesgando sus vidas.

Francia fue un Estado colonial...

Durante más de cuatro siglos, participó activamente en la trata de esclavos y en la deportación de las poblaciones del África subsahariana. Cometiendo masacres terribles, las fuerzas coloniales impusieron su yugo a numerosos pueblos: los despojaron de sus riquezas, destruyeron sus culturas, arruinaron sus tradiciones, negaron su historia, borraron su memoria. Los soldados africanos incorporados en el ejército francés, carne de cañón durante las dos guerras mundiales, siguen sin gozar de los mismos derechos que los veteranos “franceses”.

… Francia sigue siendo un Estado colonial

En Nueva Caledonia, Guadalupe, Martinica, Guyana, la Reunión, Polinesia, reinan represión y menosprecio hacia el sufragio universal. Los hijos de estas colonias son, en Francia, relegados al estatus de inmigrantes, de Franceses de segunda clase a los que se les niega gran parte de sus derechos. En algunas de sus antiguas colonias, Francia sigue ejerciendo una política de dominación. Una proporción enorme de las riquezas locales es aspirada por la antigua metrópoli y por el capital internacional. Su ejército actúa en Costa de Marfil como en territorio ocupado.

Sin que se la pueda reducir a esta única dimensión, la gestión de las poblaciones provenientes de la colonización prosigue la política colonial. No se respeta el principio de igualdad frente a la ley, y además la ley no es siempre la misma para todos (doble pena, aplicación del estatuto personal a las mujeres de origen magrebí, subsahariano...5. El espectro del “indígena” sigue atormentando la acción política, administrativa y judicial; alimenta y se combina con otras lógicas de opresión, de discriminación y de explotación sociales. Es así como en la actualidad, en un contexto marcado por el neoliberalismo, se intenta que los trabajadores inmigrados cumplan el papel de desreguladores del mercado laboral para extender al conjunto del salariado todavía más precariedad y flexibilidad.

La gangrena colonial contamina las mentalidades. La exacerbación de los conflictos mundiales, particularmente los de Oriente Medio, tiene un impacto inmediato en el seno del debate francés. Los intereses del imperialismo norteamericano, el neo-conservadurismo de la administración Bush coinciden con la herencia colonial francesa. Una parte activa del mundo intelectual, político y mediático francés, volviendo la espalda a las luchas progresistas que pretende encarnar, se convierte en agente del “pensamiento” bushiano. Invistiendo el espacio de la comunicación, estos ideólogos reciclan la temática del “choque de civilizaciones” en el lenguaje local del conflicto entre “República” y “comunitarismo”. Como en las horas de gloria de la colonización, se intenta oponer los Bereberes a los Árabes, los Judíos a los “arabo-musulmanes” y a los Negros. De esta manera, se acusa a los jóvenes “procedentes de la inmigración” de ser el vector de un nuevo antisemitismo. Bajo el vocablo jamás definido del “integrismo”, las poblaciones de origen africano, magrebí o musulmán son identificadas como la Quinta columna de una nueva barbarie que estaría amenazando a Occidente y sus “valores”. Fraudulentamente camuflada bajo las banderas de la “laicidad”, de la “ciudadanía” y del “feminismo”, esta ofensiva reaccionaria se apodera de los cerebros y reconfigura el escenario político. Produce estragos en la sociedad francesa. Ya ha logrado imponer su retórica en el seno de las fuerzas progresistas, como una gangrena. Atribuir el monopolio del imaginario colonial y racista solamente a la extrema derecha es una impostura política e histórica. La ideología colonial permanece, transversal a las grandes corrientes de ideas que componen el campo político francés.

La decolonización de la República: un asunto pendiente

La República de la igualdad es un mito. El Estado y la sociedad deben llevar a cabo una crítica radical de su pasado-presente colonial. Ya es hora de que Francia interrogue su Ilustración, que el universalismo igualitario, afirmado durante la Revolución Francesa, se deshaga de este nacionalismo anclado en el “chauvinismo del universal”, que se propone “civilizar” a salvajes y “salvajones”. Es urgente promover medidas radicales de justicia e igualdad que pongan término a las discriminaciones racistas en el acceso al empleo, a la vivienda, a la cultura y a la ciudadanía. Hay que acabar con las instituciones que relegan a las poblaciones descendientes de colonizados a un estatuto de sub-humanidad.

Nuestros padres, nuestros abuelos han sido esclavizados, colonizados, animalizados. Pero no han sido aniquilados. Han preservado su dignidad de humanos a través de la resistencia heroica que llevaron a cabo para deshacerse del yugo colonial. Somos sus herederos al igual que somos los herederos de aquellos franceses que resistieron a la barbarie nazi, y de todos aquellos que lucharon junto a los oprimidos, demostrando con su compromiso y sus sacrificios, que la lucha anticolonial es inseparable del combate por la igualdad social, la justicia y la ciudadanía. Dien Bien Phu6 es su victoria. ¡Dien Bien Phu no es una derrota sino una victoria de la libertad, la igualdad y la fraternidad!

Por estas mismas razones, nuestro campo es el de todos los pueblos (de África a Palestina, de Irak a Chechenia, del Caribe a América Latina...) que luchan por su emancipación, contra todas las formas de dominación imperialista, colonial o neo-colonial.

Nosotros, descendientes de esclavos y de deportados africanos, hijas e hijos de colonizados e inmigrados, nosotros, Franceses y no Franceses viviendo en Francia, militantes comprometid@s en las luchas contra la opresión y las discriminaciones producidas por la República postcolonial, lanzamos un llamado a aquellas y aquellos que toman parte en estos combates para que se reúnan en un Congreso del anticolonialismo afín de contribuir a la emergencia de una dinámica autónoma que interpele el sistema político y sus actores y, en más allá , al conjunto de la sociedad francesa, con la perspectiva de un combate común de todos los oprimidos y explotados para una democracia social verdaderamente igualitaria y universal.

El 8 de mayo de 1945 ilustra las paradojas de la República: el mismo día en que los Franceses celebran la capitulación nazi, una represión inaudita se abate sobre los colonizados argelinos del Norte de la región de Constantina: miles de muertos.

El 8 de mayo próximo, 60 aniversario de esta masacre, prolonguemos el combate anticolonial con la primera Marcha de los indígenas de la República!


Traducción: Guille
Notas

1 Este llamado fue publicado el 16 de enero del 2005. El “Congreso del anticolonialismo postcolonial” tuvo lugar en París el día 16 de abril del mismo año, y junto con la “Marcha de los indígenas de la República” del 8 de mayo, constituye el evento fundador del Movimiento.

2 El término “banlieue” significa afueras, barrios periféricos. Desde los años 80, sin embargo, los medios de comunicación han ido cargando el término de una connotación claramente negativa (sinónimo de barrios peligrosos, violentos y pobres).

3 “Harkis son combatientes argelinos des ejército francés durante la guerra colonial francesa en Argelia cuyos derechos como veteranos de guerra y como ciudadanos nunca fueron reconocidos por el estado francés. De hecho, a su llegada a Francia después de la victoria del Frente de Liberación Nacional, fueron segregados e internados en campos militares durante muchos años. Hoy día los sobrevivientes y sus hijos son una población discriminada como la gran mayoría de los arabo-musulmanes en Francia”.

4 “Beur” y “black”, surgieron en un inicio en la jerga popular para denominar a árabes y negros (“beur” se forma a partir de la inversión de las silabas de la palabra “arabe” en francés : arabe > be-ar > beur). Hoy día se han impuesto prácticamente como términos políticamente correctos, mientras que los jóvenes utilizan cada vez más otras palabras, como “renoi” y “rebeu” (inversiones de “noir” y “beur”).

5 La “doble pena” se aplica a los extranjeros (solamente a los “extracomunitarios”, es decir a aquellos que no provienen de la Unión Europea, cuyos ciudadanos, pese a ser extranjeros, gozan de un tratamiento especial) que cometen un delito: después de haber cumplido la pena de cárcel correspondiente, son expulsados a sus países de origen. El “estatuto personal” es el tratamiento diferencial de la mujer con respecto al hombre.

6 Dien Bien Phu fue la batalla que, en 1954, decidió la victoria de las fuerzas del Vietcong frente al ejército francés en Indochina (antigua colonia francesa que comprendía Vietnam, Laos y Camboya). Pocos meses después se firmaban los acuerdos de Ginebra, que significaron el retiro de las tropas coloniales y el reconocimiento de la independencia de esta antigua colonia francesa.